El
aparato circulatorio está formado por el sistema circulatorio sanguíneo y el
sistema linfático.
El
sistema circulatorio sanguíneo consta de un órgano propulsor de la sangre, el
corazón y de un conjunto de vasos sanguíneos encargados de transportar la
sangre por todo el cuerpo.
El
sistema linfático es complementario del anterior. Formado por capilares
linfáticos, venas linfáticas y ganglios linfáticos por los que circula la
linfa.
La
sangre y la linfa se encuentran en el medio interno, que es el conjunto de
líquidos extracelulares que se encuentran en el interior de un organismo. Las
células extraen del medio interno le oxígeno y los nutrientes que necesitan, y
a él vierten los desechos y el dióxido de carbono producido en su metabolismo.
En
los humanos, el medio interno está formado por el plasma intersticial, la
sangre y la linfa.
Plasma
intersticial: Líquido con funciones defensivas que se encuentra entre las
células. Se forma a partir de la sangre filtrada a través de las finas paredes
de los capilares sanguíneos.
Sangre:
Medio de transporte de sustancias que discurre por el interior de los vasos
sanguíneos.
Linfa: Líquido formado a partir del plasma
intersticial que circula por los vasos linfáticos y desembocan en los vasos
sanguíneos.
SISTEMA CIRCULATORIO SANGUÍNEO
El
sistema circulatorio reparte los nutrientes y el oxígeno por todo el organismo
y retira el dióxido de carbono
y los productos de desecho que producen las
células.
El
sistema circulatorio sanguíneo está formado por tres componentes: los vasos
sanguíneos, la sangre y el corazón.
VASOS SANGUÍNEOS
Los
vasos sanguíneos son los conductos por los que circula la sangre.
Hay
tres tipos de vasos sanguíneos:
Arterias: Llevan la sangre del corazón a los demás órganos
del cuerpo. Sus paredes son gruesas porque soportan la presión con la que la
sangre sale del corazón.
Venas: Conducen la sangre desde los órganos al corazón.
Sus paredes son más finas, pues la sangre circula con menos presión. Tienen
válvulas para evitar que la sangre retroceda.
Capilares: Son unos vasos microscópicos que forman una red que
comunica las arterias con las venas. Sus paredes son tan finas que permiten el
intercambio de nutrientes, desechos, oxígeno y dióxido de carbono entre la
sangre y las células.
SANGRE
La
sangre es un líquido de color rojo y sabor salado que circula por el interior
de los vasos sanguíneos.
La
sangre interviene en la nutrición, transportando los nutrientes; en la
respiración, conduciendo el oxígeno de los pulmones a las células y el dióxido
de carbón en sentido inverso; en la excreción, recogiendo los residuos
generados por las células; en la defensa, transportando las células de defensa
del organismo; y en la regulación térmica, regulando la temperatura corporal.
Composición
de la sangre:
Plasma: Líquido de color amarillento compuesto por agua
con numerosas sustancias disueltas en ella, como nutrientes, sales minerales y
sustancias de desecho.
Células sanguíneas:
- Glóbulos rojos o eritrocitos: Células pequeñas bicóncavas que no tienen núcleo. Son las más abundantes en la sangre y su función es transportar el oxígeno y el dióxido de carbono. Su color rojo se debe a que en su interior tiene hemoglobina.
- Glóbulos blancos o leucocitos: Son menos numerosos que los glóbulos rojos, pero son más grandes y con núcleo. Su función es defender al organismo ante las infecciones. Hay cinco tipos: neutrófilos, eosinófilos, basófilos, linfocitos y monocitos.
- Plaquetas: Son fragmentos celulares sin núcleo. Ayudan a formar un coágulo para taponar las heridas y evitar que se escape la sangre.
CORAZÓN
El
corazón es el órgano que impulsa la sangre para que llegue a todas las partes
del cuerpo.
El
corazón es un órgano del tamaño de un puño cuyas paredes están formadas por un
tejido muscular llamado miocardio. Estas paredes se contraen y se relajan
continuamente a fin de impulsar la sangre a todo el cuerpo.
El
interior del corazón está dividido en dos mitades, izquierda y derecha,
separadas por el tabique interventricular que evita que la sangre de las dos
mitades se mezcle.
Cada
mitad tiene dos cámaras: una superior llamada aurícula, a la que llegan las venas con sangre del cuerpo, y otra
cámara inferior llamada ventrículo,
que impulsa la sangre a través de las arterias.
Entre
las aurículas y los ventrículos hay unas válvulas auriculoventriculares que se
abren y se cierran dejando que la sangre pase de las aurículas a los
ventrículos, pero no al revés. Estas válvulas son:
Válvula
mitral: Se encuentra en el lado izquierdo y está compuesta por dos laminillas.
Válvula
tricúspide: Se encuentra en el lado derecho y está compuesto por tres
laminillas.
A
la aurícula izquierda llegan cuatro venas pulmonares, y a la aurícula derecha
llegan dos venas cavas con sangre de todo el cuerpo.
Del
ventrículo derecho sale la arteria pulmonar, que se bifurca en dos ramas; y del
ventrículo izquierdo sale la arteria aorta, que impulsa la sangre al resto del
cuerpo.
Las
válvulas sigmoideas, situadas al inicio de las arterias, regulan la salida de
sangre de los ventrículos. Con la contracción de los ventrículos, las válvulas
se abren e impiden que la sangre vuelva a los mismos.
El
corazón, necesita que le suministren sangre con nutrientes y oxígeno, por lo
que tiene un sistema de arterias y venas coronarias.
Latido cardiaco
La contracción del músculo cardiaco se llama , y la relajación, . La sucesión de sístoles y diástoles da lugar al latido cardiaco, que se puede detectar apoyando la mano sobre el pecho.
La
sístole de las aurículas hace que la sangre pase a los ventrículos y la sístole
de los ventrículos impulsa la sangre por las arterias.
Diástole
auricular: Las aurículas se dilatan y las válvulas tricúspide y mitral
permanecen cerradas. La sangre entra en el corazón por las venas cavas, en la
aurícula derecha; y por las venas pulmonares, en la aurícula izquierda.
Sístole
auricular: Las aurículas se contraen y las válvulas mitral y tricúspide se
abren dejando pasar la sangre a los ventrículos.
Diástole
ventricular: Los ventrículos se dilatan y las válvulas sigmoideas permanecen
cerradas.
Sístole
ventricular: Los ventrículos se contraen y las válvulas sigmoideas se abren.
Las válvulas mitral y tricúspide permanecen cerradas. La sangre es impulsada
por la arteria aorta desde el ventrículo izquierdo, y por la arteria pulmonar,
desde el ventrículo derecho. Cuando la sangre ha pasado a las arterias, las
válvulas sigmoideas se cierran.
CIRCULACIÓN DE LA SANGRE
El
ser humano tiene circulación doble y completa. Es doble porque la sangre pasa
dos veces por el corazón en el mismo recorrido y realiza dos circuitos
diferentes, y es completa porque la sangre rica en oxígeno no se mezcla con la
sangre rica en dióxido de carbono.
Los
dos circuitos de la circulación son el circuito
pulmonar y el circuito general. Cada mitad del corazón impulsa la sangre
a uno de estos circuitos.
Circuito
pulmonar o circulación menor: Es el más corto y se realiza entre el corazón y
los pulmones. Su función es que la sangre se cargue de oxígeno y se libere de
dióxido de carbono, lo que ocurre en los pulmones.
La
sangre procedente de todo el cuerpo y cargada de dióxido de carbono llega a la
aurícula derecha. De ella pasa al ventrículo derecho, que impulsa la sangre
para que salga por la arteria pulmonar. Esta se bifurca en dos arterias, que se
dirigen a los pulmones. Cuando la sangre llega a los capilares pulmonares se
produce el intercambio gaseoso: la sangre libera su dióxido de carbono y se
carga de oxígeno. Luego la sangre rica en oxígeno vuelve al corazón a través de
las venas pulmonares. Estas venas llegan a la aurícula izquierda.
Circuito
general o circulación mayor: Es el más largo y ocurre entre el corazón y todo
el cuerpo, excepto los pulmones. Su función es llevar oxígeno y nutrientes a
todo el cuerpo y recoger el dióxido de carbono y las sustancias de desecho que
producen las células.
La
sangre que viene de los pulmones rica en oxígeno llega a la aurícula izquierda
y pasa al ventrículo izquierdo. El ventrículo impulsa la sangre, que sale por
la arteria aorta. Esta se subdivide en numerosas arterias que llevan la sangre
a todos los órganos del cuerpo.
La sangre cede el oxígeno y los nutrientes a las
células a través de las paredes de los capilares, y recoge el dióxido de
carbono y las sustancias de desecho. Además, cuando pasa por el intestino
recoge los nutrientes que han sido absorbidos. Los capilares se reúnen en venas
que son cada vez más gruesas, hasta que desembocan en las venas cavas, que
devuelven la sangre a la aurícula derecha.
EL SISTEMA CIRCULATORIO LINFÁTICO
El
sistema linfático recoge el plasma que se queda entre las células y lo devuelve
a la sangre.
El
sistema circulatorio linfático está formado por los siguientes componentes:
Capilares
y vasos linfáticos: Los capilares linfáticos son unos conductos muy finos que
se encuentran en todos los órganos y que recogen el plasma que queda entre las
células. Cuando se reúnen forman vasos linfáticos más gruesos, similares a las
venas, que desembocan en el sistema circulatorio sanguíneo.
Ganglios
linfáticos: Son unos pequeños órganos que se encuentran en los vasos
linfáticos. Contienen gran cantidad de unos glóbulos blancos llamados
linfocitos. Los ganglios actúan como barrera defensiva ante los agentes
infecciosos. Cuando tenemos una infección, los ganglios se inflaman.
Linfa:
Es el líquido que circula por el interior de los capilares y los vasos linfáticos.
ENFERMEDADES DEL SISTEMA CIRCULATORIO
Son
las enfermedades que afectan al corazón y los vasos sanguíneos.
Arteriosclerosis:
consiste en el estrechamiento y endurecimiento de las arterias. Cuando las
arterias se estrechan, existe el riesgo de que se atasquen con cualquier
pequeño coágulo que se forme. Este atasco recibe el nombre de trombo.
Infarto
de miocardio: Es cuando el trombo se produce en una de las arterias que llevan
sangre oxigenada al corazón. Consiste en la muerte de parte del músculo
cardiaco y, en algunos casos, la muerte de la persona.
Anginas
de pecho: Obstrucción parcial de las arterias coronarias.
Hábitos de salud:
Hacer
ejercicio: muy beneficioso para el aparato circulatorio.
Una
buena alimentación: evitar en lo posible las grasas de origen animal.
No
fumar: Aumenta la probabilidad de sufrir arterioesclerosis.
Publicado por: Isabel
Publicado por: Isabel
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